jueves, 3 de junio de 2010



Eres la sal de mi mar,
La luz en mi mirada
La sonrisa encantada
Y la ceguez de un amor

Mi luna en la ventana
Mis sueños, mi ilusión
Sangre roja de mi alma
Que recorre el corazón

El negro en mis pupilas
Las mañanas sin razón,
Tu luz mueve mi cuerpo
Más allá de cualquier sol.

¿Qué importa ya, si no estas?
¿Qué, si me olvidaste?
No romperá ningún adiós,
La llama ardiente de mi amor...